Fue hace 15 años, digital empezaba a dejar su marca, todavía estaba trabajando en analógico con película Kodak Supra 400 … Al principio de mis años más jóvenes en el fotoperiodismo en 2004, viajé mucho en China (ver mi biografía). Incluso viví algunos años con mis estudios en mandarín, no era realmente un buen estudiante, especialmente pensé en viajar. Alrededor del año nuevo chino, las familias se encuentran nuevamente. Pekín está vacío. Decidí visitar el sur, en busca del sol y el calor, en la provincia de Yunnan, en el sudoeste de China, en las fronteras de Tíbet, Vietnam, Laos y Birmania. Fue en 1997 que visité esta región. En ese momento, no pensé en hacer fotoperiodismo. Pero muchos años después, pensé en los paisajes calmantes, la atmósfera deliciosamente dulce y silenciosa. Las plantaciones de té volvieron a mí y la idea de informar sobre uno de los tés más caros del mundo, Pu’Erh, era obvia.
Viajar al sur
Las condiciones del cultivo del té son ideales en la provincia de Yunnan. Los tés se han producido y cultivado durante cientos de años. A menudo se considera a Yunnan como la Meca del té en China, y los tés de Yunnan como el té Pu-erh son bien conocidos en todo el mundo. Viajaba en autobús a este valle, sin tener nada planeado, no teníamos reserva en ese momento. Afortunadamente, conocí a un estudiante que volvía a casa. Ella me presenta a su familia y allí, por casualidad … me encuentro con un boda.
Matrimonio improbable entre la comunidad Daï
Yo no era un fotógrafo de bodas en ese momento, ¡menos aún los llamados fotógrafos de bodas en el destino! Estaba allí como cualquier invitado, comiendo y bebiendo como cualquier otro, pero aún así pude tomar fotos … En ese momento, no me di cuenta de que tenía una historia sobre una boda de la minoría Daï. Con la magia de la fotografía analógico, no estaba todo el tiempo detrás de mi cámara para revisar mis fotos. Podría disfrutar de la fiesta … ¡y a veces tomar fotos!
Fotografía de boda y presión
¿Por qué te cuento esta historia? ¿Cuándo me preguntas si necesito ver el lugar de la ceremonia o explorar antes de la boda? Realmente no necesito eso. A veces es mejor descubrir el lugar, sentir la presión de los disparos improvisados. Adaptarse y tomar decisiones rápidas son los puntos fuertes del fotoperiodista. La mayoría de las veces, las fotos son mejores. ¡La prueba: mi primera historia internacional de matrimonio se publicó en un diario de viaje chino!
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